Guillermo nació en 1125, en Saint-Germain, Crépy-en-Valois. Fue nombrado canónigo de la colegiata de Santa Genoveva de París. En 1148, Sugerio, abad de Saint-Denis, para cumplir el deseo del papa Eugenio II, estableció a los canónigos regulares en dicha iglesia y Guillermo fue uno de los que aceptaron con más entusiasmo la austera vida regular. La fama de su santidad y disciplina canónica llegó hasta Dinamarca, ya que, hacia 1170, recibió la visita de un joven danés, llamado Saxo Grammaticus, que había de distinguirse como historiador. Saxo había ido a invitar a Guillermo, de parte del obispo Absalón o Axel de Roskilde, a restaurar la disciplina de los monasterios de su diócesis. Guillermo aceptó y empezó su tarea con los canónigos regulares de Eskilsoe, en el fiordo de Ise. El éxito coronó los esfuerzos del santo, pero no sin dificultad. Los canónigos regulares de la región no tenían reglas ni disciplina alguna y no observaban la clausura. San Guillermo tuvo que expulsar a dos de ellos, pero a base de paciencia fue logrando que los otros entrasen por el camino recto. El clima riguroso, las persecuciones de los nobles y las pruebas interiores hicieron todavía más arduo el trabajo del santo; sin embargo, en los treinta años que desempeñó el cargo, tuvo el consuelo de ver que la mayoría de sus hermanos seguían sus pasos.
Tras fundar el monasterio de Santo Tomás en Seelandia, Guillermo emprendió la reforma de otras casas religiosas. El obispo Absalón, que era ya arzobispo de Lund, le sostuvo en todas las dificultades. En sus últimos años, el santo se vio envuelto en algunos asuntos semipolíticos y tuvo que salir de Dinamarca por un tiempo; finalmente volvió a su abadía, donde murió apaciblemente el 6 de abril de 1203. San Guillermo fue canonizado en 1224. Su fiesta se celebra en la actual diócesis de Copenhague, que sustituyó en 1952 al antiguo vicariato apostólico de Dinamarca, con ocasión del octavo centenario de la reorganización eclesiçastica llevada al cabo por Nicolás Breakspear.
Había en el antiguo santoral otro santo danés llamado Guillermo de Roskilde, cuya fiesta se celebraba el 2 de septiembre, cuya vida se basaba en crónicas que, al decir del P. Thurston, eran «poco dignas de crédito», y al que confundía con Guillermo de Eskyll. En el Martirologio actual, el tal Guillermo ha dejado de mencionarse, y el elogio de nuestro Guillermo dice «en la isla de Eskyll, cerca de Roskilde»; ahora bien, Eskyll corresponde a las ruinas de Hillerod, que no quedan propiamente cerca de Roskilde, aunque sí puede decirse que están cerca del fiordo del mismo nombre, en cuyo extremo está la ciudad de Roskilde; esta imprecisión geográfica hace pensar que se ha querido zanjar la cuestión identificando de una vez a los dos Guillermos.
La biografía de Guillermo, escrita por uno de sus canónigos poco después de su muerte, se halla en Acta Sanctorum, abril, vol. I; pero es mejor la edición de C. Gertz en Vitae Sanctorum Danorum (1910). Según parece, el autor embelleció mucho los hechos. Sobre los escritos que se atribuyen a san Guillermo, ver Migne, PL., vol. CCIX, cc. 655.746. Noticia extraida del Butler, excepto el tercer párrafo, referido a la cuestión geográfica, que el Butler no aborda.