San Félix, séptimo obispo de Bolonia, nacido hacia el 397 y muerto en el 432, precede inmediatamente a san Petronio. Cuando ya era diácono de la Iglesia de Milán, es mencionado por Paulino en la «Vida de san Ambrosio». Por el epistolario ambrosiano sabemos que Félix fue elegido para una delicada misión ante el emperador Teodosio en el 394: «Merecidamente, para que lleve mi carta, he comisionado al diácono Félix, hijo mío, para que sostenga mis posiciones y presente un memorial ante quienes han recurrido a la Iglesia madre pidiendo misericordia de Vuestra piedad.» (Ep. 62,3, PL 16,1239). Su muerte se asigna al 4 de diciembre del 432, y su cabeza es venerada en la catedral de Bolonia, donde fue elevada por el Car. Gabriel Paleotti en 1586.