Fue obispo de Ratisbona en el siglo VII, probablemente indentificable con el Abar Erhardo de la abadía de Ebersheim mencionada en un diploma merovingio del 684. En documentos antiguos aparece también como Erard y Herhard. El relato legendario de su vida ofrece poco material históricamente cierto; lo siguiente, sin embargo, parece rescatable: Erhardo habría nacido en Irlanda (conocida en ese momento como «Scotia»). Tal como muchos paisanos suyos, se trasladó al continente como misionero obispo, o corepíscopo (ayudante de un obispo), y llegó a los Vosgos en compañía de san Hidulfo, que se dice que fue obispo de Tréveris, y allí vivió como ermitaño, del 666 al 671. Hidulfo es llamado «hermano» de Erhardo, pero probablemente se refiere a una fraternidad espiritual. Se dice que cada uno de ellos fundó siete monasterios. Entonces Erhardo marchó a Ratisbona y fundó el convento de religiosas de Nieder (Niedermunster). Por inspiración divina fue llamado a Rhineland para bautizar a santa Odilia, ciega de nacimiento, pero que recibió la vista en el bautismo. Envió un mensajero al padre de Odilia, el duque Adalrico, y lo reconcilió con su rechazada hija. Según otro relato, santa Odilia fue bautizada por Hidulfo, y Erhardo actuó como padrino.
El año de muerte de Erhardo se desconoce. Fue enterrado en la aun existente cripta de san Erhardo, en Niedermunster, y se realizaron muchos milagros en su tumba, guardada durante el medioevo por las «Hermanas de Erhardo», una comunidad religiosa de mujeres que observaban turnos de oración perpetua. Otón II, en el 974, donó unas propiedades en el valle del Danubio al convento «donde descansa el santo confesor Erhardo». El 7 de octubre de 1052 los restos de los santos obispos Erhardo y Wolfgang de Ratisbona fueron trasladados por el papa san León IX en presencia del emperador Enrique III y numerosos obispos, ceremonia que se considera equivalente a la canonización. Documentos de Ratisbona, sin embargo, mencionan sólo el traslado de Wolfgang, pero no el de Erhardo. A fines del siglo XI Paul von Bernried, monje en Fulda, por sugerencia de la abadesa Heilika de Niedermunster, escribió una vida de Erhardo, y añadió un segundo libro conteniendo una lista de milagros. El canónigo de Ratisbona Conrado de Megenberg (muerto en 1374) realizó una nueva edición de esa obra. La iglesia de Niedermunster (hoy iglesia parroquial), preserva el báculo del santo, hecho con cuerno de búfalo negro. Un hueso de su esqueleto fue guardado en un precioso relicario en 1866, y se coloca en las cabezas de los fieles en su fiesta, el 8 de enero. La vida de san Alberto de Cashel, que se rememora hoy mismo, menciona a Erhardo como su amigo y compañero, aunque no es posible compaginar cronológicamente los dos santos, que vivieron a más de un siglo de distancia.
Ver Acta Sanctorum , enero, tomo I, día 8, pág 533 (junto con san Alberto). El relicario se reproduce en Jakob, «Die Kunst im Dienste der Kirche», ilustr. 16. Artículo de Peter Nugent en Catholic Encyclopedia, traducido para ETF por Abel Della Costa.