Este obispo, famoso en Escocia, «Daniel de los Bangors», descendía de una familia de Strathclyde. Estuvo en Arfon, donde estableció el monasterio de Bangor Fawr, en la región de los Menai Straits, que llegó a ser el núcleo de la diócesis medieval de Bangor. También fue Daniel el fundador del monasterio de Bangor Iscoed en el Dee, y se dice que fue consagrado obispo por san Dyfrig o san Teilo o por el propio san David, quien se supone que envió a Daniel a las Galias para buscar algún obispo que se prestara a combatir el recrudecimiento del pelagianismo. También se dice que éste fue el motivo para la convocatoria del sínodo en Llanddewi Frefi, alrededor del año 545. El escritor Bhygyfarch, en su biografía de san David, dice que éste se negó a asistir a la asamblea, por lo que se mandó a Daniel y a Dyfrig a buscarlo, y ambos lograron convencerlo para que participase. En aquel sínodo se puso de manifiesto la famosa elocuencia de san Daniel, que era irresistible en las tribunas y los púlpitos. Se relatan varios milagros realizados por san Daniel, no siempre desprovistos de esos elementos de altanería, orgullo y venganza, característicos de tantas historias hagiológicas celtas. A su muerte, fue sepultado en Ynys Ynlli, localidad que ahora se conoce con el nombre de Bardsey. En diversas fechas se nombra a san Daniel, pero el 11 de septiembre es el día en que, hasta hoy, se celebra su fiesta en la diócesis de Menevia.
Es muy poco lo que se puede afirmar con certeza sobre este santo. Algunos datos se pueden obtener de A. W. Wade-Evans, en su Life of Saint David (1923) y en su Welsh Christian Origins (1934).