San Contardo nació en Ferrara en 1216, primogñenito de los príncipes d'Este, señores de la ciudad. Ya en los primeros años de su juventud Contardo sintió la voz de Dios que con fuerza lo llamaba a abandonar las riquezas terrenas y el derecho de sucesión, para vivir en la pobreza, peregrino del Evangelio por los caminos de Europa, sin un lugar donde establecerse, a ejemplo del Divino Maestro. El joven príncipe, dejando Ferrara junto con algunos compañeros, se puso en viaje hacia el santuario de Santiago de Compostela, edificando con su fe y su simplicidad a cuantos encontraba en el camino.
En Broni, provincia de Pavía, diócesis de Tortona, cayó enfermo y expresó el deseo de ser sepultado allí cuando le llegase al muerte. Y eso ocurrió el 16 de abril de 1249. Algunos prodigios impidieron que toda esta historia quedase en el anonimato, y revelaron la santidad del desconocido peregrino (las campanas sonaron solas, y llamas resplandecientes se enecendieron junto al cuerpo), suscitando la veneración de los broneses, que sepultaron al santo con todos los honores en la iglesia parroquial, en aquel momento colegiata, y después convertida en basílica menor.
San Contardo fue venerado con culto aprobado por el papa Pablo V y recibió indulgencias del papa Urbano VIII. La memoria litúrgica se celebra el 16 de abril, mientras que la memoria de la traslación del cuerpo al interior de la basílica menor de San Pedro Apóstol en Broni es celebrada, con gran concurrencia de pueblo y procesiones, el último sábado de agosto.
Información traducida de un artículo proveniente del Propio de santos de la diócesis de Tortona. No se ha podido verificar por ninguna otra fuente que el culto del santo haya sido aprobado por Pablo V.