En la vida de la gran santa irlandesa, santa Brígida, la abadesa de Kildare (que no debe confundirse con la más conocida en el resto de Occidente, santa Brígida de Suecia), se nos cuenta que ella fundó dos instituciones monásticas, una para mujeres y otra para hombres; ella misma fue la abadesa de la primera, y escogió como abad de la segunda a san Conleto (Conleth), obispo de Kildare. El prestigio de la abadía de Kildare fue tan grande, que la influencia del obispo se extendió por todo el país, fuera de los límites de su jurisdicción formal. A su vez, por siglos, la abadía de Kildare ejerció una doble línea de supremacía: los abades-obispos de Kildare, que eran superiores de todos los mnasterios masculinos, y las abadesas, que ejercían su superiorato sobre todos los monasterios femeninos.
Santa Brígida, que había recibido el velo de manos de san Maccaille en Mag Teloch, fue quien recomendó la creación de la diócesis de Kildare, y la consagración de san Conleto como obispo, lo que ocurrió hacia el 490. Él había llevado vida de recluso en Old Connell, cerca de Newbridge, y era conocido como artesano en oro y plata; un antiguo báculo en el museo de la Real Academia se considera que es obra de sus manos. Se cuenta que como obispo hizo una peregrinación a Roma, y volvió con ornamentos para su iglesia de Kildare, donde murió el 3 de mayo del 519. Santa Brígida mandó encender un fuego en su homenaje, para uso de peregrinos y viajeros; esa llama memorial se mantuvo encendida hasta la total supresión de los conventos en la Reforma; se encontraba en un recinto de en forma de celda, cuyas ruinas existieron hasta 1792.
Lamentablemente, las referencias al santo que pueden encontrarse en los santorales se reducen a estas menciones, extraídas de la vida de santa Brígida de William Grattan-Flood, y del artículo dedicado a la diócesis de Kildare, por Edward O'Leary, en Catholic Encyclopedia; allí mismo puede verse las referencias bibliográficas, desde luego referidas ante todo a santa Brígida. No he encontrado la mención del santo en Acta Sanctorum. Dado que el Nuevo Martirologio lo inscribe como santo «de culto local» (es decir, equivalente a beato), es posible que haya habido alguna confirmación del culto por parte de la Santa Sede, pero no he encontrado ninguna mención al correspondiente decreto en ninguna de las fuentes serias habituales. La imagen muestra el altar mayor de la catedral de Kildare, donde se encuntran las tumbas de san Conleth y santa Brígida.