El Acta Sanctorum y otras colecciones hagiográficas menos importantes mencionan el 5 de mayo a san Avertino, cuya fiesta se celebra aún en la diócesis de Tours. Su vida puede resumirse así: Un canónigo llamado Avertino prestó ayuda a santo Tomás de Canterbury en las amarguras del exilio. Santo Tomás le confirió el diaconado y le llevó de secretario al sínodo de Tours, en 1163. Después del martirio del arzobispo, Avertino se estableció en la Touraine, cerca de Vancai, donde se consagró a cuidar a los pobres y a los forasteros. Parece que en sus últimos años vivió en la soledad. El pueblo le invoca especialmente contra los desmayos y los dolores de cabeza.
Los numerosos «ex votos» que se conservaban en la iglesia de san Avertino, cerca de Tours, en el siglo XVIII, daban testimonio de que el culto del santo había sido muy popular en una época. Desde el punto de vista histórico, su caso es una curiosa ilustración de la manera como las conjeturas sin fundamento y las leyendas populares se transforman en «historia»: es posible que haya existido un ermitaño llamado Avertino en las cercanías de Tours, venerado en diversas regiones de Francia, pero no existe el menor fundamento para relacionarle con santo Tomás de Canterbury.
En la abundante colección de materiales sobre el gran arzobispo, publicada en la Rolls Series, no se halla ninguna mención de Avertino. Por otra parte, los biógrafos modernos de Santo Tomás de Canterbury, como el P. John Morris y Dom A. L'Huillier, no hubiesen pasado por alto a un discípulo y amigo tan íntimo de su biografiado. N. de ETF: en la edición impresa decía: «en la iglesia de san Avertino, cerca de Tours, en el siglo VIII», naturalmente se trata de un error de imprenta, ya que el santo es del siglo XII; corregí a XVIII conjeturalmente.