Es deconocido en los antiguos martirologios. Las «actas» de san Autónomo parece que fueron redactadas bajo el emperador Justino (518-527), y no merecen crédito alguno. Según ellas, Autónomo nació en Italia, donde recibió el episcopado. Al llegar la persecución de Diocleciano, se refugió en Bitinia, eligiendo como centro de su actividad una localidad llamada Sorea -que no se ha podido identificar-, desde donde desarrolló un intenso apostolado por toda el Asia Menor, y donde alzó una capilla en honor de san Miguel.
Retornado a Sorea de uno de sus viajes, alcanzó el martirio, víctima de un tumulto de los paganos, airados por la destrucción de sus ídolos por parte de los cristianos. Autónomo fue muerto a los pies del altar, mientras celebraba la misa, un 12 de septiembre de un año indeterminado. Bajo el emperador Constantino, un tal Severiano alzó sobre el sepulcro del mártir una capilla que, en ruinas en época de Justino, fue sustituida por un oratorio; el autor de la «passio» afirma haberlo visitado y venerado las reliquias del santo allí conservadas. La iglesia de San Autónomo, donde se refugió el emperador Mauricio (Teofilacto Simocatta, Hist. VIII, 9,9) estaba situada en la costa de la Bitinia. En la Vida de san Teodoro Siceota se recuerda el monasterio de san Autónomo, pero sin indicar la localidad en la cual surgió.
Traducido para ETF de la breve noticia por Filippo Caraffa en Enciclopedia dei santi.