Que este santo era natural de Badajoz lo sostuvo el P. Flórez en su «España Sagrada», lo han seguido otros hagiógrafos, y lo ttene por suyo la diócesIs pacense. Otros afirman que fue natural de Val di Pesa o Pescia, o de Passignano, en Italia. Debió nacer hacia el año 1075, pues su cuerpo, que se conserva incorrupto, es el de un anciano de entre 75 y 80 años. Hubiera o no nacido en España, lo cierto es que ya a comienzos del siglo XII era monje del monasterio de Vallombrosa, cerca de Pistoya, en Italia, y que hacia el 1120 fue elegido abad general de la congregación, fundándose vanos monasterios nuevos durante su generalato. Tanto en su etapa de monje como luego en la de obispo no dejará la pluma y publicará comentarios bíblicos y hagiografías.
Muerto en 1133 el beato Bernardo Uberti, obispo de Pistoya, el papa Inocencio II, que, como es sabido, estaba sostenido por los monjes más reformistas frente a su rival, lo eligió obispo de Pistoya el 21 de diciembre de 1134. Atón se dispuso a ser un buen obispo y a dar ejemplo de reforma de vida, conservando sus costumbres monacales en la sede episcopal. Los ayunos y abstinencias propias de un convento se seguían en el palacio del obispo, y todo en él fue austeridad, modestia y compostura. No se sintió desligado de su Orden, a cuyos capítulos seguía asistiendo, y como tal obispo se sintió en el deber y el derecho de visitar los monasterios y exigirles la mayor observancia regular.
Fue un hombre de paz. Ya de monje había intervenido en polémicas civiles con el fin de componerlas, ahora de obispo, con mayor autoridad y en nombre del Papa procuró paz en el seno de la Iglesia, componiendo disputas entre obispados y entre canónigos y monjes. Muy preocupado por la suerte de los pobres, favoreció los hospitales y asilos de la diócesis y fundó uno nuevo, dedicado al apóstol Santiago, del que era devoto y del que consiguió una reliquia de parte del arzobispo Gelmírez, de cuya escuela canonical era maestro un clérigo de Pistoya. Los papas sucesivos le mostraron su confianza y tuvo siempre el amor de su pueblo. Murió santamente el 22 de mayo de 1153, aunque en algunas fuentes se señala el 21 de junio como día de su tránsito. Su cuerpo incorrupto se conserva en la catedral de Pistoya. El papa Clemente VIII permitió en 1605 a la diócesis de Pistoya celebrar su fiesta.