Armagilo, cuyo nombre es una forma latinizada de Arthmaël, nació en Gran Bretaña en el siglo VI, y estudió bajo la guía del abad Carentmaël. Empujado por la palabra de Cristo narrada en el Evangelio, y que había oído en una iglesia, decidió empeñarse en la difusión del Evangelio, y se embarcó para ir hacia Francia. Una vez en la costa occidental del Golfo de Léon (Finistére), en Bretaña, junto a su maestro y otros compañeros fundó el monasterio de Plonarzel. Pero después de cierto tiempo la tranquilidad de la comunidad fue puesta en peligro por el usurpador Conmaro, que había asesinado a Jonás, el jefe de las tribus del lugar.
Armagilo se refugió en París, bajo la protección de Childeberto I, el rey merovingio, y en el 555, después de que Conmaro fue muerto por el hijo del difunto Jonás, retornó a Bretaña, y obtuvo la concesión de una tierras en los alrededores de Rennes, donde refundó su comunidad, dando origen a la abadía y centro de Saint-Armel-des Bochaux. Murió probablemente hacia el 570, en el monasterio de Ploërmel (en el Golfo de Morbihan), que había fundado en los bosques de la actual Paimpont.
El culto de san Armagilo se difundió largamente en Bretaña, y superando los límites de la región, hacia otras partes de Francia. Numerosos pueblos bretones tomaron su nombre. Durante el reinado de Enrique VII de Inglaterra (1457-1509) el culto comenzó a difundirse también en Gran Bretaña, y en 1498 su nombre fue introducido en el misal de Salisbury; en Londres se lo recuerda con el nombre de Ermyn. El relato de su vida fue escrito en el siglo XII, y fue incluido en el breviario de Saint-Pol-de Léon, impreso en 1516.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.