Argimiro nació de padres cristianos, en Cabra, antiguamente Egabro, en la provincia de Córdoba, Andalucía, en el sur de España, cuando el país estaba bajo la dominación de los moros musulmanes. El rey infiel llamó a Argimiro para que desempeñase la función de censor en Córdoba: era un puesto importante. Después de muchos años de servicio, presentó su dimisión por escrito, en hermoso estilo, y se retiró a un convento de la misma Córdoba para servir a Dios y ganar su salvación eterna, en el reposo de la oración y la contemplación.
Pero en la ciudad se desató la persecución contra los cristianos. No tardó Argimiro en ser denunciado y llevado ante el juez, quien le pidió que abjurase de su religión, a lo que se rehusó. Al valiente confesor, que ya estaba entrado en años, se le torturó sobre el potro y ahí mismo se le atravesó con la espada, el 28 de junio del 856, bajo el reinado de Mahoma II (852-886). El cuerpo del santo estuvo varios días expuesto en el patíbulo. Finalmente, fue recogido y sepultado en la iglesia de San Acisclo, cerca del mártir Perfecto. La noticia sobre el santo proviene de san Eulogio de Córdoba
Ver san Eulogio, Memorial de los Santos, vol. III, cap. XVI, en L.P., vol. cxv. España Sagrada, de Flórez, vol. XII, p. 33-36. La imagen reproducida es de un óleo que se encuentra en la iglesia de la Asución y Ángeles, en Cabra, la hemos tomado de una fotografía del sitio "La opinión cofrade", en un artículo acerca de la recuperación de una imagen de san Argimiro, que trae varias imágenes del santo. Esta foto ha sido tomada por el propio medio, y rectificada en ETF.