Se lo encuentra en esta y otras fechas en casi todos los martirologios históricos, Adón, Usuardo, Floro, Notkero, etc. y en el Martirologio Romano de Baronio; también en el Jeronimiano, aunque sorprende que en este último no se mencione la localización geográfica, siendo que la mayor parte de los códices de ese testmonio provienen de la Galia. Hay variaciones entre los manuscritos en torno al nombre correcto: Antoliano, Antolio, Anatolio, o con th en cualquiera de estas formas. Haya o no vacilaciones en la fecha o el nombre, la existencia histórica de Antoliano está fuera de toda duda, pues es mencionado también por Gregorio de Tours, un testigo privilegiado de las tradiciones del lugar donde ocurrió el martirio, aun cuando no estuviera cercano en el tiempo. Algunos lo indican como obispo, aunque este punto no está suficientemente atestiguado.
Probablemente Antoliano fue muerto durante las incursiones de Croco, rey de los alamanes, que invadió la Galia en tiempo del emperador Valeriano (253-260), tal como cuenta Gregorio de Tours. Sobre su sepulcro fue erigida una espléndida basílica en tiempos de Sidonio Apolinar (470-479), pero que se derrumbó un siglo después, en tiempos del obispo Avito (fines del siglo VI). Las reliquias de Antoliano habrían sido trasladadas inmediatamente a la iglesia de San Gallo de Clermont, y cuando esta fue destruida, a la de San Allyre, pero no sobrevivieron al saqueo de la Revolución Francesa.
Con algunos cambios, basado en el escrito de Agostino Amore en Enciclopedia dei Santi. El pasaje de Gregorio de Tours se encuentra en Historia Francorum 32-33. Para los martirologios históricos ver Acta Sanctorum, febrero, I, pág 768