San Aldhelmo fue el primer sabio inglés cuya fama fama llegó al continente europeo. Se conservan varios de sus escritos, así en prosa como en verso, redactados en un latín singularmente oscuro. San Aldhelmo, que era pariente de Ine, rey de los sajones del oeste, nació hacia el año 639. Se educó en Malmesbury, bajo la dirección de un maestro irlandés, llamado Maildub. No sabemos exactamente dónde vivió al terminar sus estudios. Entre los treinta y los cuarenta años, san Aldhelmo se trasladó a Canterbury, que se había convertido en un importante centro de las ciencias humanas y divinas, gracias al arzobispo san Teodoro y a san Adrián. San Aldhelmo atribuía al abad Adrián los éxitos que obtuvo posteriormente en el terreno de la cultura. En Canterbury, o tal vez antes de ir a esa ciudad, el santo recibió la tonsura y tomó el hábito. Cuando Maildub se retiró de la enseñanza, san Aldhelmo pasó a Malmesbury para encargarse de la escuela. Hacia el año 683, fue nombrado abad.
El santo fomentó mucho la religión y la educación en Wessex, particularmente después de la elevación del rey Ine al trono, ya que fue consejero de dicho monarca. Para instrucción y edificación de los pobres, a quienes amaba mucho, el santo, que era un músico destacado, compuso versos y cantos en inglés. El rey Alfredo admiraba mucho los himnos ingleses de san Aldhelmo y las baladas compuestas por el siervo de Dios fueron muy populares durante varios siglos; pero, desgraciadamente, no se conserva el texto de ninguna de ellas. San Aldhelmo fundó los monasterios subsidarios de Frome y Bradford-on-Avon y construyó varias iglesias. Todavía se conserva la que dedicó a San Lorenzo, en Bradford-on-Avon, que es, sin duda, el más hermoso monumento del arte sajón. A instancias de un sínodo reunido por el rey Ine, san Aldhelmo escribió una carta a Gerainto, rey de Dummonia (Cornwall y Devon); gracias a ella, aceptaron la costumbre romana muchos clérigos que hasta entonces habían seguido la tradición celta, en la cuestión de la fecha de la Pascua. Se cuenta que el santo hizo un viaje a Roma, pero no hay pruebas suficientes de la veracidad de esta afirmación.
A la muerte de san Hedda, en 705, el territorio de Wessex se dividió en dos diócesis; a san Aldhelmo tocó gobernar la región occidental y fijó su sede episcopal en Sherborne. Cuatro años más tarde murió, cuando se hallaba visitando la población de Doulting, cerca de Westbury. Su cuerpo fue trasladado a Malmesbury con gran solemnidad. En el camino se plantaron cruces en los sitios donde su cuerpo había descansado. El más conocido de los escritos de san Aldhelmo es el tratado de la virginidad, que dedicó a las religiosas de Barking. También se conservan algunos poemas latinos y un tratado de prosodia, en el que la medida de los versos se ejemplifica con adivinanzas; por ello se ha dicho que san Aldhelmo habría gozado con los crucigramas y juegos de palabras de nuestra época. La fiesta del santo se celebra en las diócesis de Clifton, Plymouth y Southwark.
Las biografías de San Aldhelmo, escritas por Faricio de Abingdon y Guillermo de Malmesbury (Acta Sanctorum, mayo, vol. VI), no son del todo fehacientes, puesto que datan del siglo XII. Beda habla con respeto de San Aldhelmo, pero dice muy poco sobre él. La mejor edición de las obras del santo, es la de Ehwald, en MGH., Auctores Antiquissimi, vol. XV. Véase también Cambridge History of English Literature, vol. I, pp. 72-79; Thurston, en Catholic Encyclopaedia, vol. I, pp. 280-281 -hay versión web-; y E. S. Dukett, Anglo-Saxon Saints and Scholars (1947). Probablemente la iglesia actual de Brandford está construida sobre las ruinas de la «ecclesiola» de san Aldhelmo.