Hay buenos documentos que acreditan la certeza de la época y el episcopado de san Adolfo. Los "episcopologios" (listado de obispos de un sede) lo ponen desde el 8º hasta el 12º lugar de los obispos de Arras-Cambrai, dependiendo el número de orden de los que se admitan como antecesores. Hasta el siglo XI la sede de Arras (actualmente francia) comprendía también la sede de Cambrai (actualmente Países Bajos), fundada por san Vedasto (Vaast) en el siglo VI; sin embargo los contornos de la sede episcopal no parecen haber estado muy definidos, porque no todos los nombres de la lista en esos primeros siglos son reconocidos como obispos de las dos ciudades episcopales.
De san Adolfo sabemos que era abad en la influyente abadía de San Vaast, y que fue elegido obispo de Cambrai-Arras en el 717, para suceder a Hunoldo, "por aclamación del pueblo, con la aceptación del clero y el voto favorable del rey Chilperico (II)", como reza el Martirologio Germánico. Adolfo murió en fama de santidad, y fue enterrado en la iglesia de San Pedro, junto a la sepultura del fundador, en el monasterio de San Vaast. Su epitafio (anterior al siglo X) decía:
Aquí yace el santo, espejo de piedad, Adolfo
que, atento al coro angélico, rigió Arras.
Dulce antecesor, Padre, echa fuera nuestras culpas,
y con amor otorga buenos dones a tu grey.
El lugar fue conocido por los milagros que se producían en él, y el obispo Engrano, en el siglo X, obedeciendo a unas visiones que había tenido, hizo levantar el cuerpo para un reconocimiento de las reliquias, y en el propio acto del levantamiento se produjeron milagros que están registrados en la crónica del monasterio, como la liberación de una mujer posesa, por lo que el obispo proclamó inmediatamente la santidad de Adolfo. Esto ocurrió en el año 957.
Con posterioridad fue trasladado a la catedral de Arras, y puestos sus restos en una urna de plata. La fecha local de celebración es el 31 de agosto, posiblemente el aniversario de una de las traslaciones de reliquias.
Ver Acta Sanctorum, mayo IV, pág. 332. Duchesne, Fastes... III, pág. 111. Guerin (petit Bollandistes, VI, pág 1.) afirma que fue el primer abad de san Vaast, pero no he encontrado de dónde sale ese dato.