Domingo y Gregorio eran dos dominicos aragoneses que pertenecían a la provincia española de la Orden, y que en la segunda mitad del sIglo XIII desarrollaron una apreciable labor evangelizadora por los pueblos de Huesca y Barbastro. Dedicados por entero a la predicacIón, viajaban de una parte a otra y eran acogidos en los hogares cristianos, donde daban gran ejemplo de austeridad y santidad de vida. Su muerte tuvo lugar bajo una gran tormenta, cuando iban de camino a Perarrúa. Cuando la prolongada ausencia hizo sospechar que algo les habría pasado, se hallaron sus cuerpos. Ocurrió esto a comIenzos del sIglo XIV. SU culto fue confirmado el 17 de agosto de 1854.