El P. Aquiles Puchala, nacido en 1911, era sacerdote, de los franciscanos conventuales, desde 1927. Fervoroso pastor de almas, cuando la Gestapo, en venganza por las acciones militares de la resistencia, arrestó a numerosas personas, él se dejó arrestar con sus feligreses para que no se vieran privados de la asistencia pastoral en la prisión. A un militar que quiso facilitarle la fuga, le respondió: «Los pastores no pueden abandonar a su gente». Fue asesinado el 19 de julio de 1943 en Borowikowszczyzna.
El P. Herman Stepien, que había nacido en 1910, era sacerdote profeso, también entre los franciscanos conventuales, desde 1919. Se distinguía por su fe y devoción. Colaborador del P. Puchala, se dejó arrestar con él y con sus parroquianos para darles asistencia espiritual en el peligro de muerte. Fue asesinado con ellos el mismo día 19 de julio.
Posteriormente las cenizas y restos de huesos de ambos sacerdotes fueron enterrados junto a la iglesia parroquial de Pierszaje. Fueron beatificados por SS Juan Pablo II en su viaje apostólico a Polonia, el 13 de junio de 1999.