Ludwik nació el 21 de agosto de 1909 en Kokanin, de Wojciech, zapatero, y Wiktoria Tomczyk. Su familia era muy pobre, pero gracias a la ayuda de amigos y del párroco del lugar, pudo Ludwik recibir una adecuada preparación intelectual. En 1926 es admitido en la Orden de los Hermanos Menores Conventuales, donde comenzó el noviciado en Kalwaria Paclawska y luego en Pagiewniki. En 1927 emitió sus primeros votos religiosos, y fue allí donde le fue impuesto el nombre de Pius. Prosiguió sus estudios, hasta que en 1931 se traslada a Cracovia para asistir al Seminario Mayor, donde en 1935 recibe la ordenación del obispo Mons. Stanislaw Rospond. Como primer destino fue enviado al convento de Krosno, donde se distinguía por su devoción, y sobre todo por atender asiduamente al sacramento de la confesión. En 1936 fue trasferido a Niepokalanów, por expreso pedido de Maximiliano Kolbe, guardián del convento.
El 19 de septiembre de 1939, con un grupo de hermanos, entre ellos el propio Kolbe, fue encarcelado por los alemanes y comienza su tránsito por los campos de concentración de Lamsdorf, Amtitz y Ostrzeszów. Soportó con paciencia el hambre y el sufrimiento, y repetía: «Hasta ahora le decíamos a los demás cómo debían soportar el sufrimiento, ahora nos toca a nosotros superar todo esto, ¿si no qué valor tendría nuestra palabra?». Fue liberado, pero arrestado por segunda vez en 1941, nuevamente con el P. Kolbe, el P. Antonin Bajewski y otros, y llevado a Varsovia, donde soportó con paciencia todo tipo de tormentos. El 4 de abril de 1941, durante la semana santa, el padre Pius y el padre Antonin fueron deportados al campo de concentración de Oswiecim: Pius fue registrado con el número 12832 y destinado a trabajos forzados en la construcción. Físicamente disminuido por una dolorosa herida en la pierna, por una infección cutánea y otras enfermedades, fue trasladado al hospital. Allí, enfermo entre enfermos, consolaba y asistía a los otros internados, en particular ejerciendo el ministerio de la reconciliación. Pius Bartosik, aunque fuee muy probado físicamente, soportó con paciencia esta trágica situación, y, después de recibir la unción de los enfermos, murió en la noche del 12 al 13 de diciembre de 1941.
Datos tomados del artículo de Fabio Arduino en Santi e Beati.