Lucas Belludi nació en Padua, hacia 1195. En el verano de 1220 san Francisco, de regreso del Oriente, atravesó el Véneto y se detuvo en Padua, y junto a la iglesita de Santa María de Arcella, hizo construir un pequeño convento para algunos de sus seguidores. En la Arcella dio el hábito de las damas pobres de Santa Clara a Elena Enselmini y el hábito de los Hermanos Menores a un joven sacerdote, Lucas Belludi.
Allí vivió Lucas siete años dedicado a la mortificación y al apostolado. En este tiempo escribió sus Sermones, que se conservan en preciosos códices. En 1227 se encuentra con san Antonio de Padua y desde entonces los dos amigos como dos almas gemelas, vivirán juntos, unidos en un solo corazón y en una sola alma. En Pentecostés de 1227 san Antonio tomó parte en el capítulo General en La Porciúncula. Allí fue elegido Ministro provincial de una extensa Provincia que abarcaba toda la Italia septentrional y tomó a Lucas como su acompañante. Con él estuvo en Roma cuando el Santo predicó en 1227 la cuaresma ante el Papa Gregorio IX. En 1230 los dos santos participaron en el Capítulo general en Asís y asistieron a la traslación de los restos de san Francisco de la iglesia de San Jorge a la nueva Basílica erigida en la colina del Paraíso. De regreso de Asís, se detuvieron en Camposampietro, donde el conde Tiso dio fraternal hospedaje al santo taumaturgo cuya salud estaba terriblemente minada. Al agravarse el mal, Fray Lucas quiso transportar a Antonio a Padua, pero en Arcella debió asistir en su agonía y muerte al santo a quien siempre había amado y venerado, el 13 de junio de 1231.
Acontecimientos alegres llenan la vida de Fray Lucas. Su santo maestro fue canonizado a sólo 11 meses de la muerte por el Papa Gregorio IX, y en Padua se daba comienzo a la gran basílica, que a través de los siglos cantaría las glorias del taumaturgo. Para la glorificación del maestro tuvo el discípulo una parte importante.
Ezzelino II de Romano, verdugo y tirano, a quien Dante condenó en medio de los violentos sumergidos en su propia sangre, continuaba produciendo víctimas inocentes. Fray Lucas, ardiente como su Maestro, se presentó en Ansedisio y le reprochó las injusticias y delitos cometidos. Ezzelino ordenó: «Fray Lucas sea perdonado, pero su familia sea condenada al destierro». Y así se hizo.
Fray Lucas Belludi se durmió santamente en el sueño de los justos hacia 1285. Tenía unos 90 años, de los cuales había pasado 65 al servicio de Dios y de los hermanos, con un admirable espíritu de dedicación. Aprobó su culto SS. Pío XI el 18 de mayo de 1927.
El beato es invocado para el buen éxito en los estudios y exámenes, he aquí una oración dedicada a ese tema (traducida de Santi e beati):
Oh, Señor, fuente de toda sabiduría,
escucha la oración que te dirigimos desde lo profundo del corazón,
y por los méritos y la poderosa intercesión de tu fidelísimo siervo,
el beato Lucas Belludi -al cual concediste
el precioso talento de una inteligencia abierta
y de aquella sublime sabiduría que lo hizo digno compañero
del primer Doctor de la Orden Franciscana: S. Antonio de Padua-,
ilumina nuestra mente y robustece nuestra voluntad,
para que podamos felizmente alcanzar el fin de nuestros estudios.
Te prometemos, Señor, imitar la fidelidad con la que tu siervo,
el beato Lucas Belludi, correspondió a tus gracias.
Concédenos, Señor, comportarnos de modo ejemplar
en todas las circunstancias de la vida,
y ejercitar los deberes a los que seamos llamados
con integridad de conciencia,
comprometiendo nuestras mejores energías
en la defensa de la verdad y la justicia que tú has proclamado
como base de todo orden moral, civil, religioso y social.
Amen.