Nació hacia 1584. Sus padres, que eran protestantes, le enviaron al Peterhouse, de Cambridge, donde se graduó en 1605; pero más adelante se convirtió, y entró en el colegio de Douai en 1610, al que dejó en 1612 para probar su vocación con los capuchinos. Por razones de salud o por otras causas, no pudo continuar, y se convirtió en capellán en Chideock Castle, Dorsetshire, en casa de Lady Arundell de Lanherne. El 8 de marzo de 1641, para aplacar el parlamento puritano, resolvió expulsar a todos los sacerdotes católicos de Inglaterra, y Green resolvió obedecer la orden. Lamentablemente, la noticia le había llegado demasiado tarde, y cuando se embarcó ya había pasado el mes de gracia para partir voluntariamente.
Fue entonces arrestado, juzgado, y condenado a muerte en agosto. En la prisión, su constancia tanto impresionó a los otros cautivos que dos o tres mujeres sentenciadas a muerte con él le enviaron recado de querer recibir la absolución antes de la muerte. Confesaron sus pecados ante todos, y recibieron la absolución del mártir. Tuvo una inmediata respuesta providencial a su celo: un padre jesuita, despreciando el peligro, se acercó disfrazado a caballo e hizo al mártir el signo de la absolución, lo que resultó una noble confesión de fe antes de la muerte, que ocurrió el 19 de agosto de 1642. Cuando el verdugo comenzó a descuartizar, no conseguía encontrar el corazón del mártir, y la cruel carnicería se prolongó por cerca de una hora y media. Después de esto los Puritanos jugaron al fútbol con la cabeza del beato. Una barbaridad semejante no se repitió en toda la historia de los mártires ingleses.
Fuentes: Challoner, Missionary Priests (1874), II, 113; De Marsys, Persécution présente des Catholiques en Angleterre (1646), II, 86-93.
Traducido para ETF del artículo de J.H. Pollen, Hugh Green (1909) en la Catholic Encyclopedia.