Hartmann nació en Passau, en Baviera, en el siglo XI, y fue educado en el convento local de San Nicolás de los Agustinos. Ordenado sacerdote y vuelto una figura destacada entre los Canónigos Regulares de San Agustín, en 1122 fue nombrado decano del Capítulo de la catedral de Salzburgo, por el Arz. Conrado I, con el encargo de introducir la observacia regular entre los Capitulares. Con ese mismo encargo fue nombrado preboste del monasterio de Herren-Chiemsee, del 1128 al 1133; y después de 1133 hasta 1140, siempre como reformador, fue llamado por san Leopoldo III, margrave de Austria, para la Canónica Regular de Klosterneuburg, fundada por éste cerca de Viena.
En 1140 fue elegido obispo de Bressanone (Brixen), la importante ciudad del Sud-Tirol, hoy perteneciente a la provincia de Bolzano, en Italia. Se prodigó en la asistencia a los necesitados, haciendo erigir un albergue de pergrinos pobres. Aplicó con gran celo la reforma de la disciplina del clero y, en 1142, erigió allí mismo la Canónica Regular de Neustift. En las disputas de la época entre el Papado y el Imperio, se mostró ferviente defensor de los derechos pontificios reclamados por el papa Alejandro III (1159-1181), a pesar de lo cual fue tenido en alta estima y aprecio tanto por el rey Conrado III como por el emperador Federico I Barbaroja.
Tuvo en vida fama de santidad, y murió en Bressanone el 23 de diciembre de 1164, fecha en la que es celebrado las diócesis de Bressanone y Passau. Su tumba en la Canónica de Neustift es aun ahora meta de pregrinación. En todo el medioevo fue invocado como protector en los partos difíciles. Su culto fue confirmado en 1784 por el papa Pío VI.
Traducido para ETF de un artículo de Antonio Borrelli.