Francisco María Greco, nació el 27 de julio de 1857 en Acri, en la entonces Diócesis de San Marcos y Bisignano. Orientado hacia la profesión de su padre -farmacéutico-, sintió la vocación al sacerdocio mientras era estudiante en Nápoles. Al visitar en aquel período el Santuario de la BVM del Rosario, todavía en construcción, en Pompeya, pidió la gracia de ser “un sacerdote instruido para cumplir bien el ministerio”. Vencidas las resistencias paternas, fue ordenado sacerdote en 1881. En Acri fue cura párroco de la Iglesia de S. Nicolás, desde 1888 hasta su muerte.
A la luz de los Sagrados Corazones de Jesús y de María, para los cuales ya desde tiempo nutría una especial devoción, desarrolló una intensa y fructífica actividad pastoral. Para la asistencia religiosa del pueblo, después de haber inutilmente pedido ayuda a diversos institutos religiosos, en 1893, fundó la Congregación de las Pequeñas Obreras de los Sagrados Corazones, encontrando una valiosa colaboradora en la Sierva de Dios María Teresa De Vincenti (1872-1936).
Al nuevo Instituto, “esencialmente fundado en el amor y la práctica de la vida interior, sobre la humildad y la caridad de Nuestro Señor Jesucristo”, el Fundador les dio la misión de cooperar en el crecimiento del Reino de Dios “a través del cuidado de los niños en los orfanatos, de la juventud en los talleres, de los enfermos en los hospitales”. Siempre lleno de sacerdotal disposición para el prójimo, el beato abrió el hospital Caritas que confió a sus Hermanas.
Cooperó también al buen funcionamiento de su Diócesis, mostrándose disponible a las peticiones de los Obispos, que lo tuvieron en gran estima. Enseñó teología dogmática y Sagrada Escritura en el Seminario de Bisignano del que fue rector por tres años, desarrollando al mismo tiempo el oficio de párroco. Circundado de una gran fama de santidad se durmió en el Señor el 13 de enero de 1931.
La Causa de beatificación iniciada en 1960, fue confiada en 1999 al Rev. P. Luca De Rosa, OFM, Postulador General. El Siervo de Dios fue declarado Venerable el 19 de abril del 2004. El Papa Francisco, el 21 de enero de 2016, ha autorizado a la Congregación de las Causas de los Santos la promulgación del Decreto de reconocimiento del milagro atribuido a su intercesión.