Lo incluyo en el santoral más bien por tratarse de una curiosidad, ya que, aunque su culto fue aprobado por un antipapa, nunca fue, en realidad, del todo desaprobado; la fórmula oficialmente utilizada es «culto tolerado, no reconocido». Se celebra con especial énfasis en la ciudad en que murió -y en la que quizás nació, aunque el dato es incierto- Aachen, en Alemania, frontera con Francia, donde es fiesta patronal de la ciudad. Cedo la palabra al Butler (ed. 1964), que explica con más detalle la cuestión:
La biografía de Carlomagno (nació en 742; fue rey de los francos desde 786 y primer emperador del Sacro Imperio Romano en 800; murió en 814), forma parte de la historia general, y resulta un tanto sorprendente encontrar su nombre en una obra sobre la vida de los santos. No parece que se le haya tributado ningún culto antes del año 1166, época en que empezó a introducirse, bajo los siniestros auspicios de Federico Barbarroja. El antipapa Pascual III ratificó dicho culto. Es digno de notarse que santa Juana de Arco asociaba a «San Carlomagno» en su devoción a San Luis de Francia, y que en 1475, la fiesta de Carlomagno empezó a ser de obligación en toda Francia. Próspero Lambartini, que fue más tarde Benedicto XIV, discute el punto con cierta extensión en su obra sobre la beatificación y canonización, y concluye diciendo que puede atribuirse con justicia el título de bienaventurado [es decir: beato] a tan gran defensor de la Iglesia y del Papado. Sin embargo, en la actualidad sólo celebran la fiesta de Carlomagno la diócesis de Aquisgrán y dos abadías suizas.
La fuente principal para conocer al Carlomagno íntimo es la biografía escrita por su contemporáneo y amigo Einardo; la mejor edición de ella es la de G. Waitz, en Monumenta Germaniae Historica, Scriptores, vol. II. Ver también Acta Sanctorum, 28 de enero, y las largas discusiones sobre 108 puntos controvertidos, en Dictionnaire d'Archéologie chrétienne et de Liturgie, vol. III, donde se encontrarán referencias bibliográficas muy completas. Cf. las anotaciones que hace E. Amann sobre el carácter de Carlomagno, en Fliche Martin, Histoire de l'Eglise, vol. VI, p. 200, y R. Folz, Etudes sur le culte liturgique de Charlemagne... (1951).
Imagen: Carlomagno, óleo por Albrecht Dürer, 1512, en el Germanischen Nationalmuseum, Nürnberg.