Antonio Pavoni nació en Savigliano del Piamonte. Siendo muy joven, entró en el convento de los dominicos de la misma ciudad. La fama de su saber y piedad hizo que le nombrasen inquisidor general del Piamonte y Liguria; con este grado, juzgó y refutó a numerosos enemigos de la fe. Naturalmente, esto le creó muchos enemigos, como el mismo beato lo preveía. En la Pascua de 1374, Antonio Pavoni profetizó su próxima muerte en el pueblecito de Bricherasio: en efecto, pidió al barbero que le resurase bien la tonsura, pues iba a asistir a un matrimonio; el barbero, que estaba muy al día en cuestión de noticias, como todos los de su oficio, le respondió muy sorprendido que no había ningún matrimonio anunciado en la localidad. El beato replicó: «Aunque os parezca extraño, os aseguro que no miento». Pocos días después, cuando salía de la iglesia donde acababa de predicar y celebrar la misa dominical, siete hombres armados cayeron sobre él y le asesinaron. En su sepulcro se obraron muchos milagros, uno de cuyos beneficiarios fue el beato Haymo Taparelli. En 1856, la Santa Sede autorizó oficialmente el culto del beato Antonio.
Ver Acta Sanctorum, abril, vol. t, y Archivio storico italiano, tercera serie, vol. XII, pp. 29 ss. En el Catalogas hagiographicus O.P. de Taurisano se encontrará una bibliografía más amplia. Hay una corta biografía del beato en Procter, Lives of the Dominican Saints, pp. 85-87.