La historia de la beata María Bartolomea de Bagnesiis es la de una vida de sufrimientos soportados con heroica paciencia. La beata pertenecía a una noble y rica familia florentina. Pero su infame aya le hizo padecer tanta hambre en sus primeros años, que la salud de la beata se resintió para siempre, hasta el grado de que jamás pudo volver a comer normalmente. Desde muy pequeña, María Bartolomea, que era muy piadosa, había resuelto seguir al convento a sus dos hermanas mayores. Pero la madre de la beata murió cuando ésta tenía diecisiete años, y ello la obligó a permanecer al lado de su padre. Según parece, la idea de casarse no había pasado por la mente de María; así pues, cuando su padre le dijo que le había escogido ya un marido, la joven sufrió una depresión nerviosa que no sólo le impidió casarse, sino que la dejó inválida para siempre.
María soportó con gran resignación todas las complicaciones de su enfermedad y se sometió, con paciencia, a las prescripciones absurdas y dolorosas de los charlatanes que su padre llamó para que la curasen. Desde su lecho de enferma, María Bartolomea ejerció una influencia bienhechora sobre las numerosas personas que iban a visitarla: reconciliaba a los enemigos, consolaba a los tristes, convertía a los pecadores y curaba a los enfermos, totalmente olvidada de sus propios sufrimientos. A los treinta y dos años tomó el hábito de terciaria de Santo Domingo y, durante algún tiempo, se rehizo lo suficiente para ir a la iglesia; pero la mejoría no duró mucho, y la beata tuvo que volver al lecho. La enfermedad era muy dolorosa; María Bartolomea recibió ocho veces la extremaunción. Felizmente se le había concedido el privilegio de oír la misa en su habitación y podía comulgar con frecuencia. En varias ocasiones fue arrebatada en éxtasis; pero la humildad le impedía hablar de sus experiencias místicas aun con su propio director espiritual. María Bartolomea murió al cabo de cuarenta y cinco años de enfermedad. Según su deseo, fue sepultada en la iglesia del Carmen de Santa María de los Ángeles.
En Acta Sanctorum, mayo, vol. VI, apéndice, hay una traducción de la detallada biografía que escribió en italiano el capellán doméstico de la beata.