La Obra de San Juan de Ávila nació en Valencia, en España, por iniciativa del sacerdote José Soto Chuliá (1887-1975), que como párroco se dio cuenta de la necesidad de constituir en el seno de las parroquias grupos de fieles laicos que, viviendo plenamente el bautismo, con su testimonio despertasen la conciencia cristiana de los demás. Bajo su dirección varias jóvenes mujeres célibes por amor a Cristo y a la Iglesia, que en esta experiencia reconocieron su propia vocación a una maternidad espiritual, se pusieron al servicio de la Iglesia dispuestas a formar grupos apostólicos. La experiencia se difundió gradualmente en varias diócesis españolas y en 1962, en Valencia, fue erigida canónicamente como Pía Unión Obra del Beato Juan de Ávila, que a lo largo de unos treinta años salió de los confines de España y de Europa.
El 12 de marzo de 1994 el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento de la Obra de San Juan de Ávila como asociación internacional de fieles.
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- Identidad
- La Obra de San Juan de Ávila está formada por mujeres célibes y aspira a la perfección cristiana de los propios miembros y a la formación de grupos apostólicos constituidos por niños, jóvenes, mujeres y matrimonios deseosos de vivir las promesas bautismales en el propio estado de vida y en la profesión. Su espiritualidad se caracteriza por el ejercicio constante de las virtudes mediante la gracia, la participación en los sacramentos y el compromiso personal; por una intensa vida interior, que tiende a reforzar la unión con Cristo. La formación de los miembros se basa en el estudio de la Sagrada Escritura, en las enseñanzas del Concilio Vaticano II, del magisterio pontificio, de los escritos de los santos y del Catecismo de la Iglesia Católica.
- Estructura
- La Asociación está constituida por las asociadas (con compromiso definitivo, con compromiso temporal renovable, aspirantes) y por los componentes de los grupos apostólicos, que participan del carisma de la Obra sin estar jurídicamente vinculados.