Los Pequeños Hermanos de María son un movimiento de fieles laicos, hombres y mujeres que quieren vivir el Evangelio, siguiendo el sendero de la Virgen para manifestar la actividad misionera de la Iglesia y ser fermento cristiano en el mundo. La idea de fundar el Movimiento nació en el clima de renovación de la Iglesia, después del Concilio Vaticano II, en los años 1967-68. La espiritualidad de Charles de Foucauld y del Padre René Voillaume dieron mayor ímpetu y una perspectiva más concreta al Movimiento.
Después de cuidadosa reflexión y diálogo con los superiores de su instituto, el Padre Antonio Piacentini, de los Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús, comenzó el Movimiento en Todos Santos, B.
C.
S.
, México, el 2 de julio de 1971, después del primer curso de los “Días de Luz”.
Monseñor Adolfo Suárez, Presidente de la Comisión Episcopal para el Apostolado de los Laicos en México, dio su aprobación en 1983.
El 2 de julio de 1991, el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento del Movimiento de los Pequeños Hermanos de María como una asociación internacional de fieles.
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- Identidad
- El Movimiento de los PHM nació con el objetivo de ayudar a sus miembros a transformar sus vidas, escuchando, amando y viviendo el Evangelio y haciéndolo conocido, amado y vivido, formando grupos de vida cristiana.
- Estructura
- El Movimiento está compuesto por hombres y mujeres, casados o solteros, que poseen la madurez humana necesaria para captar los valores del Evangelio y vivirlos durante toda su vida, según el ideal del Movimiento. Algunas de las personas solteras deciden seguir a Cristo toda su vida y formar casas de vida en común de tres a seis personas del mismo sexo. Cada comunidad tiene como responsable a un Hermano/Hermana Mayor. En cada país y continente hay un Hermano o Hermana Encargado. El Hermano o Hermana Mayor del Movimiento es responsable de toda la asociación, y organiza actividades a nivel general en coordinación con los Hermanos/Hermanas Mayores de los continentes.