El Movimiento de Espiritualidad “Vivere In” nació por iniciativa de D. Nicola Giordano, que tuvo la inspiración junto al lugar del martirio del apóstol Pablo en Tre Fontane, en Roma. Rápidamente se difundió en otras ciudades italianas y obtuvo el reconocimiento canónico por el arzobispo de Trani en 1968.
Hoy está difundido en varios países del mundo.
El 8 de diciembre de 2001, el Consejo Pontificio para los Laicos decretó el reconocimiento del Movimiento de Espiritualidad “Vivere In” como asociación internacional de fieles.
.
- Identidad
- El Movimiento promueve y anima la cultura cristiana en todos los ambientes del vivir humano, favoreciendo un auténtico humanismo perennemente inspirado en el único “hombre nuevo” que es Cristo. Toda su actividad gira alrededor de las dos dimensiones del hombre como imagen de Dios y de la sociedad humana como Corpus Christi y Pueblo de Dios. El itinerario de formación espiritual de los asociados –basado en una formación humana que busca la justicia, la verdad y la honestidad– se orienta a la plena configuración con Cristo mediante el estudio amoroso de la Palabra de Dios, el conocimiento de la Tradición, el estudio de los Padres y del Magisterio de la Iglesia. La participación en la vida del Movimiento conlleva el compromiso apostólico de ser testigo de la verdad evangélica. Ámbitos específicos de actividad son la familia, la escuela, la política, la sociedad.
- Estructura
- El Movimiento, que tiene una estructura en la que Cristo es fundamento y vértice, comprende diferentes grupos, con un específico programa formativo y apostólico: niños, adolescentes, jóvenes, adultos, familias, las personas que sufren. Se puede pertenecer al Movimiento como amigos, simpatizantes, miembros. Los amigos y los simpatizantes no contraen particulares obligaciones, pero realizan tareas específicas y coordinadas según el tipo de voluntariado, realizan un período de iniciación con el objetivo de profundizar en la Sagrada Escritura, la Patrística y la sociología cristiana, para después dedicarse al apostolado de animación en los respectivos ámbitos de la vida. Los miembros asumen compromisos específicos de vida cristiana, de participación en la vida del Movimiento y de apostolado. Los distintos grupos tienen sus encuentros en los Cenáculos, que pueden surgir o integrarse en estructuras eclesiales ya existentes.