¡Victoria! ¡Tú reinarás! ¡Oh Cruz, tú nos salvarás! El Verbo en ti clavado muriendo nos rescató, de ti, madero santo nos viene la redención. Sobre esta tierra oscura derrama tu claridad, oh Cruz, fuente fecunda de amor y de libertad. Tu luz señala el rumbo al pobre que descarrió; tus brazos lo conduzcan al puerto de salvación. Tus brazos nos reúnan en ronda de caridad, con todos los hermanos que buscan en ti la paz. La gloria por los siglos a Cristo libertador, su cruz nos lleve al cielo, la tierra de promisión.