260. ME SEDUJISTE, SEÑOR Me sedujiste, Señor, me sedujiste, me sedujiste. “Eras más fuerte que yo y me venciste”. Por tu palabra se ríen de mí; soy objeto de burla por Ti. Pues tengo que gritar así: Yo te dije: “En tu nombre no hablaré, de mi mente tu recuerdo borraré”. Pero siempre, día y noche, gritaré: Dentro de mí es fuego abrasador, en mí huesos se encierra tu ardor, y como ayer, también grito hoy: Quise soltarlo y por fin me fatigué, el fuego, las brazas de Yavé, mas no pude y con fuerza grité: