DO LAm FA SOL Me pongo en tus manos, ¡Oh, Señor! DO FA SOL te entrego toda mi vida. FA SOL DO LAm ¡No me sueltes, nunca, Señor! FA DO MIm REm SOL Mi fuerza eres Tú, y mi alegría. DO Tú que fuiste obediente hasta la muerte. DO7 FA Tú que fuiste el testigo fiel, REm SOL enséñame a cumplir hoy mi promesa, FA SOL DO SOL enséñame a decirte siempre "Amén". Tú no has venido a ser servido. Tú te hiciste esclavo por amor, dame un corazón grande y sencillo, dame un corazón de servidor. Guarda entre tus manos mi pobreza, guía mi camino con tu luz. Quiero estar de pie junto a María abrazando el leño de la cruz. Tú me has consagrado desde niño para ser ministro de tu altar. En el corazón de la Iglesia, sea un instrumento de tu paz.