LA MI LA Fuiste una chica humilde, creyente y pura, SIm MI fuiste la que esperaba el Salvador, RE MI RE LA fuiste el surco abierto, fuiste el Sí a Dios, SIm SI7 MI cuando el amor divino te fecundó. LA DO#m FA#m LA Santa María, Madre de Dios, SIm LA SI7 MI junto a tu Hijo reúnenos. LA DO#m RE MI Madre y Patrona de nuestro pueblo, RE DO#m SIm MI ¡Virgen María, bendícenos! RE LA MI LA ¡Virgen María, bendícenos! Fuiste la que llevaste con tu visita esa feliz noticia del Salvador. Fuiste la que anunciaste la nueva creación, cuando, a tu voz, la vida se estremeció. (Visitación, Lc.1, 39-45) Fuiste el canto nuevo de mundo nuevo, a toda voz gritaste: Dios es amor, levanta a los humildes, derriba al poderoso. El salva a los que esperan liberación. (Cántico, Lc. 1, 45-55) Fuiste a Belén madura del fruto santo, y por ser de los pobres, nadie te abrió. Fuiste la que alumbraste nuestra noche y dolor cuando la Luz del mundo de Ti nació. Fuiste a ofrecer al Niño en el Templo santo, Dios te confió el destino del Salvador: Luz para las naciones, signo de división, y el filo de una espada en tu corazón. Fuiste la que comiste el pan del destierro, la que buscaste al Niño en Jerusalén. Fuiste la que guardaste todo en tu corazón; fuiste la que creíste sin comprender. Fuiste la dulce esposa del Carpintero, fuerte, trabajadora, mujer de hogar, madre y educadora, ejemplo de piedad, la amiga, la vecina más servicial. Fuiste la que estuviste junto a los novios, Tú la que les brindaste gracia y amor; Tú la que adelantaste la hora del Señor cuando el agua en vino, Jesús cambió. Fuiste la que subiste hasta el Calvario, la que, de pie, estuviste junto a Jesús. Tú la que, aceptando nueva fecundidad, te hiciste Madre nuestra al pie de la Cruz. Fuiste la que estuviste con los Apóstoles esperando al Espíritu en oración, fuiste la que animaste la evangelización cuando la Iglesia al mundo se propagó.