347. ÁBREME LA PUERTA Estoy a tu puerta y llamo. Abreme, déjame entrar, Yo conozco tu vacío, te quiero llenar. Pon tu carga en mis hombros, Yo te aliviaré, tus pesares y tu angustia, Yo los tomaré. Mírame, confía en Mí, mi corazón abierto está hoy por ti. Aunque grande sea el pecado, lo consumiré, pondré en ti un corazón puro y te renovaré. Yo te amo como eres, siempre te amaré, te sostengo de mi mano, no debes temer. Por mis llagas te he sanado, con mi sangre te compré. Mío eres para siempre, no te dejaré. /Abreme la puerta ahora, Yo derramaré toda mi misericordia y te consolaré./ (bis)