El Card. Baronio (siglo XVI) inscribió a estos mártires en el Martirologio Romano, dando fe a antiguos manuscritos que, dado que no los dejó indicados, podemos identificarlos con la «passio» que se encuentra en los sinaxarios griegos dl 23 de septiembre: El 21 de marzo del 878, reinando en Oriente Basilio I (867-86), Abrachen el Agareno (musulmán), tomada Siracusa, deportó al África a sus habitantes, y entre ellos a Andrés, a Juan, y a sus hijos Pedro y Antonio, aun de tierna edad. Fueron educados en la cultura agarena y, superando en inteligencia a muchos coetáneos, desempeñaron en la corte diversos oficios; pero, puesto que no renunciaban a la fe cristiana, Abrachen los hizo martirizar, ordenando que fuesen flagelados.
Antonio recibió más de trescientos golpes, pero persistió en la fe, y fue atado a un asno y llevado a vueltas por la ciudad, para ser luego sacrificado. Pedro, embolsado y apaleado en la espalda y el vientre, fue arrojado a la cárcel, donde los torturadores primero le cortaron los brazos y piernas, y luego le pegaron hasta la muerte. LLegó luego el turno de Juan, que fue asesinado con espada sobre los cuerpos de sus hijos. Los mártires, puestos finalmente sobre una pira, fueron incinerados. Andrés, en cambio, permaneneció muchos años en la cárcel, y en edad avanzada, terminados los padecimientos, fue atravesado en el pecho por una lanza y luego decapitado.
Traducido para ETF de un artículo de Giuseppe Morabito en Enciclopedia dei santi.