Los principales patronos de Vaste, en la diócesis de Otranto, y de Lentini, en Sicilia, son san Alfio, san Filadelfo y san Cirino. Probablemente nacieron en Vaste y fueron martirizados en Lentini. Los documentos que poseemos sobre ellos son contradictorios y poco fidedignos. Según una leyenda, después de haber sido instruidos en la fe por su padre y un tal Onésimo, fueron aprehendidos junto con su hermana santa Benedicta y otros compañeros, durante la persecución de Decio. En Roma, a donde los trasladaron, sufrieron atroces torturas. Onésimo y algunos otros fueron martirizados en Pozzuoli, cerca de Nápoles. Los otros fueron llevados a Sicilia, donde los torturaron de nuevo. La valentía con que confesaron la fe convirtió a muchos de los presentes, entre los que se contaban veinte soldados.
Alfio, que tenía veintidós años, murió a causa de una hemorragia cuando le arrancaron la lengua. Filadelfo, joven de veintiún años, murió en la hoguera. Cirino, que no tenía más de diecinueve años, pereció en un caldero de aceite hirviente. En 1517, se descubrieron los cuerpos de los tres mártires. El pueblo de Lentini, ciudad que dista unos veinticinco kilómetros de Catania, honró sus reliquias con grandes fiestas.
El Martirologio Romano menciona a estos mártires y el Acta Sanctorum (mayo, vol. II) les consagra sesenta páginas infolio. La «Vita» fue escrita hacia mitad del siglo X por un monje basiliano de nombre Basilio; el manuscrito se conserva en la Biblioteca Vaticana. Su culto está muy extendido en la Sicilia Oriental.