Hacia 1248, cuando Matilde tenía siete años, sus padres la confiaron a las religiosas de Rossdorf, quienes poco después eligieron abadesa a su hermana, Gertrudis von Hackeborn, a quien no debe confundirse con santa Gertrudis la Magna. Matilde tomó el hábito en Rossdorf, fue cantora del convento y ejerció el cargo de maestra de las niñas que se educaban allí. En 1258, las religiosas de Rossdorf se trasladaron a un monasterio de Helfta, en Sajonia, de donde era originaria la noble familia de Matilde. Tres años más tarde fue enviada allí por su familia la que fue después santa Gertrudis -que entonces sólo tenía conco años-, y la superiora la confió al cuidado de santa Matilde. Pronto, las dos santas empezaron a unirse con los lazos del afecto.
Santa Matilde, que era quince años mayor que santa Gertrudis y cantaba como «un jilguero de Cristo», era también un alma mística. A los cincuenta años, se enteró de que su discípula había ido anotando cuidadosamente todas sus enseñanzas y cuanto oía contar sobre sus experiencias. Matilde se alarmó al saberlo; pero el Señor le comunicó que Él mismo había inspirado a Gertrudis el deseo de poner por escrito esos datos. Con ello, se serenó santa Matilde y aun corrigió personalmente el manuscrito. Se trata de la obra titulada «Libro de la Gracia Especial», o «Revelaciones de Santa Matilde». Siete años más tarde, el 19 de noviembre de 1298, Cristo llamó a Sí a santa Matilde; «ella le ofreció su corazón y lo introdujo en el Suyo. Nuestro Señor tocó el corazón de Matilde con el suyo y le dio la gloria eterna, donde esperamos que con su intercesión nos alcanzará muchas gracias». Santa Matilde no ha sido nunca canonizada formalmente, pero se ha concedido su fiesta a muchos conventos de religiosas benedictinas. Algunos autores la identifican con la «Donna Matelda» del Purgatorio de Dante (cantos 27 y 28).
En la actualidad, el pueblo cristiano conoce sobre todo a estas santa Matilde y a santa Gertrudis por una serie de oraciones que se les atribuyen. Fueron publicadas por primera vez en Colonia, a fines del siglo XVII. Sin meternos a juzgar el mérito de esas oraciones, lo cierto es que no fueron compuestas por Gertrudis y Matilde. Dom Castel fue el primero que publicó en francés una serie de plegarias entresacadas de las obras genuinas de ambas santas.
Las únicas fuentes sobre la vida de santa Matilde son sus propios escritos. La primera edición completa y aceptable fue hecha por los benedictinos de Solesmes, con el título de Revelationes Gertrudianae et Mechtildianae (1875), pero sin distinguir claramente las diversas obras. Hay también algunos datos en el Liber specialis gratiae, que se refiere sobre todo a santa Matilde y se hallan en el Iibro segundo de las Revelationes de santa Gertrudis.
El presente artículo recoge lo que en el artículo y la bibliografía del Butler-Guinea del 16 de noviembre se refiere a santa Matilde, ya que por la especial unión que vivieron ella y santa Gertrudis, el hagiógrafo las trató conjuntamente. El «Libro de la Gracia Especial» fue editado recientemente (2007) en castellano por Ediciones Monte Carmelo. SS. Benedicto XVI dedica su catequesis del 29 de septiembre de 2010 a la figura de santa Matilde.