De san Romedio -cuyo nombre latino podría significar «venido de Reims»- es famoso el santuario, una especie de castillo alzado en la cima de una peña, en el verde Val di Non, en Trento. Perteneciente a una rica familia, escogió desde joven la vida eremítica y penitente; en efecto, heredero de un grueso patrimonio, a la muerte de sus padres donó todo a los pobres y después, con un grupo de amigos, se dirigió al obispo de Trento, Vigilio, a pedirle la bendición y aprobación para dirigirse como peregrinos a Roma. El grupo llegó a la Urbe y fue recibido por el propio Papa. Retornados a Trento, decidieron continuar la experiencia comunitaria vivida en la peregrinación, yendo a habitar un viejo castillo del Val di Non, cerca de Tavón, donde vivieron largo tiempo. No se conoce el lugar ni fecha de la muerte de Romedio. SS Pío X confirmó en 1907 el culto inmemorial.
Aunque normalmente es llamado «santo», su culto está autorizado localmente y equivale a la categoría de «beato». En cuanto a la época de su muerte, hay gran disparidad entre las fuentes consultadas; la tradición más legendaria lo inscribe en los siglos IV o V, pero no hay vestigios históricos del culto al santo antes del siglo VIII; la mención del obispo Vigilio (o Virgilio) en la leyenda no es compatible con esta datación. Tampoco hay acuerdo sobre su origen, y algunos santorales lo indican como austríaco, a pesar de su nombre que evoca el origen en Francia.
En el Biographisch- Bibliographisches Kirchenlexikon se encuentra la mención de las fuentes disponibles sobre el tema.
Las imágenes reproducen una estampa tradicional (siempre está asociado a un oso, seguramente por algún detalle de su leyenda popular) y una vista actual del castillo-santuario. Decreto de confirmación de culto en ASS 1908, pág. 648