Y un tal Nemesio, egipcio también, fue acusado falsamente de vivir con ladrones, y cuando había logrado deshacer tan absurda calumnia ante el centurión, fue denunciado por cristiano y vino encadenado ante el gobernador. Éste, injusto por demás, lo maltrató con tormentos y azotes en doble dosis que a los bandidos, y entre bandidos hizo quemar al bienaventurado, que así se veía honrado con el ejemplo de Cristo.
Esto narra san Dionisio de Alejandría en una carta a Fabio de Antioquía, reportándole detalles de las crueles persecuciones bajo Decio. Junto a la mención de Nemesio las hay de muchos otros, que se conmemoran en distintas fechas en el Martirologio, por ejemplo el 14 de diciembre, los santos mártires Herón, Isidoro, Ateo y Dióscoro. Aunque carezcamos de más detalles de sus vidas, y apenas sobrevivan su nombre y el hecho del martirio, son estos campeones antiguos los que han hecho vida las palabras de la fe: si el grano cae en tierra y muere, da mucho fruto.
La carta de Dionisio se conserva citada in extenso por Eusebio de Cesarea en su Historia Eclesiástica, VI, cap. 41; el párrafo sobre Nemesio es el 21.