Las investigaciones históricas han fracasado hasta hoy en los intentos de conseguir informaciones concretas respecto a san Maximino de Aix, a quien el Martirologio Romano conmemora en este día, pero cuyo culto no se encuentra registrado en ninguno de los documentos antiguos. Ni siquiera se sabe con certeza en qué siglo vivió. Por otra parte, abundan los datos sobre el santo en las leyendas de Provenza sobre el arribo de las «Tres Marías» (María Magdalena, María de Cleofás y Salomé) y sus compañeros, una tradición que se consideraba auténtica hasta fines de la Edad Media, pero que, según datos fidedignos, no se conocía en Provenza antes del siglo XI.
De acuerdo con la leyenda, Maximino fue uno de los setenta y dos discípulos de Nuestro Señor que partieron de Palestina después de la Ascensión, en compañía de santa María Magdalena, santa Marta, san Lázaro, santa María Cleofás, santa María Salomé y otras gentes que conocieron a Cristo, para evangelizar la región de Provenza. Maximino se estableció en Aix, de donde llegó a ser el primer obispo. Cuando santa María Magdalena estaba en la agonía, fue llevada desde la cueva de Sainte Baume, donde había vivido hasta entonces, hacia un lugar sobre el camino, conocido ahora como el «Saint Pilón», a donde llegó san Maximino para darle el viático. A corta distancia del «Saint Pilón» se encuentra la iglesia de San Maximino, que fue construida en reemplazo de otra más antigua dedicada al mismo santo y que, al parecer, contenía sus reliquias y las de María Magdalena. El cuerpo de san Maximino fue trasladado en 1820 a la ciudad de Aix, de la que es patrón principal. Se dice que la supuesta cabeza de santa María Magdalena aún se conserva en la antigua cripta de San Maximino.
Nota de ETF: Debe notarse que, puesto que lo único que poseemos sobre Maximino es su leyenda, y ésta, como muestra Butler, no es verdaderamente antigua, no poseemos realmente nada fuera del nombre: ni el oficio, ya que el hecho de que fuera un obispo es sólo una suposición sobre la base de que fue el fundador de una cristiandad local, pero en el elogio del Martirologio falta toda referencia de que se trate de un obispo; ni tampoco la fecha, ya que la clasificación en el siglo I proviene exclusivamente de la leyenda, y no está avalada ni por inscripciones ni por fuentes independientes. El propio Butler lo ubica, con dudas, en el siglo V, y una nota final del mismo volumen señala que la leyenda de Maximino parece haberse originado por la traslación a la Provenza de ciertas reliquias que se encontraban en Aydat, cerca de Billom, en Auvernia. Los mejores santorales disponibles en el web (Santi e beati, Ökumenisches Heiligenlexikon, Catholic Encyclopedia), incluso si mencionan a san Maximino de Aix en esta fecha, omiten todo desarrollo de su biografía.