Nació el 1 de marzo de 1824 en un pueblo de la diócesis de Lyón, Saint Cristót-en-Jarret. De adolescente ingresó en el seminario de Alix, del que pasó luego al de Lyón. Estaba de alumno en esta institución cuando decidió que su verdadera vocación eran las misiones, y por ello pasó al seminario de las Misiones Extranjeras de París, en 1846. Aquí completó sus estudios y se ordenó sacerdote el 24 de diciembre de 1848. En febrero del siguiente año es enviado al Tonquín, al vicariato occidental, entonces confiado a Mons. Retord. Éste lo envió a los puestos misioneros de Ke-Bang y Ke-Trinh. Mostró un enorme celo apostólico en la promoción de las comunidades confiadas a su cuidado y en la extensión del evangelio, pero sería poco el tiempo en que podría trabajar en la viña del Señor, a la que habría de regar con su sangre.
Marchó a comienzos de marzo de 1852 a la población de Boi-Xuyen, donde había una comunidad cristiana en aumento. y estaba el día 21 bautizando a unos niños cuando se anunció la llegada del mandarín con unos soldados. Auxiliado por los cristianos, intentó la huida, pero fue capturado. Llevado a la cárcel de Nam-Dinh, fue sometido a juicio, en el curso del cual quedó claro cuál era el fin de su presencia en Tonquín, y como estaba prohibido legalmente propagar el cristianismo, la condena no pudo ser otra que a muerte, pese a que el tribunal le mostró su simpatía y consideración. La sentencia tenía que ser confirmada por el rey. Llegó la confirmación real el 30 de abril y se dispuso que al día siguiente fuera la ejecución, que efectivamente tuvo lugar por decapitación, siendo su cuerpo y cabeza arrojados al río, pero luego rescatados y llevados al seminario de Ken-Vinh. Fue canonizado con los otros mártires vietnamitas el 19 de junio de 1988.