Nace en Quan-Anh, provincia de Nam-Dinh, en Tonkín, hacia el año 1775. Educado en la fe católica, al llegar a la edad adulta optó por la vida religiosa, para lo que marchó a Filipinas, y tomó el hábito de la Orden de Predicadores en Manila, el 12 de octubre de 1812, y al cabo de un año hizo la profesión religiosa. Posteriormente hizo los estudios necesarios y se ordenó sacerdote.
Vuelto al Tonkín, quedó como colaborador del Obispo santo Domingo Henares, y posteriormente pasó al distrito de Cao Moe, de cuyo cuidado pastoral fue encargado, poniendo lo mejor de sí mismo en el desempeño de este encargo. Cuando a comienzos de 1833 vino otra vez sobre la cristiandad tonkinesa la persecución, se vio obligado a huir de un sitio a otro para evitar que con su captura quedara sin asistencia religiosa su distrito. Pero un pagano lo reconoció en Kien-Trung a donde el sacerdote había ido a administrar a un enfermo los últimos sacramentos, y lo denunció a las autoridades. Se le avisó de la denuncia de que había sido objeto y entonces celebró la santa misa pidiendo a Dios fuerza para afrontar lo que le esperaba cuando fuera arrestado.
El arresto tuvo lugar el 20 de diciembre de 1839. El mandarín le mandó que pisara la cruz, a lo que se negó. Entonces fue bárbaramente azotado, se le colocó una pesada canga, y fue enviado a una inmunda cárcel, en la que estuvo cuatro meses a la espera de su apostasía. Pero no sólo no apostató sino que utilizó su estancia en la cárcel para animar a los cristianos detenidos e incluso convertir a la fe cristiana a algunos presos. Pasados esos meses, compareció de nuevo ante los mandarines que en vano intentaron su apostasía y para ello lo mandaron flagelar sin piedad. El 29 de abril de 1840 lo condenaban a muerte y el 9 de mayo siguiente era decapitado en Nam-Dinh. Fue canonizado el 19 de junio de 1988.