Este santo se disputó con san Matías la gloria de suceder en el apostolado a Judas. Las palabras que pronunció san Pedro antes de echar las suertes, demuestran que José había sido uno de los discípulos más fieles del Señor: «Conviene, pues, que de entre los hombres que anduvieron con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús convivió con nosotros, a partir del bautismo de Juan hasta el día en que nos fue llevado, uno de ellos sea constituido testigo con nosotros de su resurrección» (Hechos 1, 21-22).
Posiblemente José haya sido uno de los setenta y dos discípulos; Eusebio lo dice así categóricamente (HE I,12,3, aunque no menciona su fuente). Cuando los Apóstoles se dispersaron por el mundo, José predicó el Evangelio en diferentes regiones. Cuenta Papías que José Barsabas bebió un veneno sin sufrir daño alguno, de acuerdo con la promesa del Señor (Marcos 16,18), anécdota que reproduce Eusebio (HE III,39,9), aunque él no confía mucho en el testimonio de Papías, «hombre de muy escasa inteligencia» (III,39,13). No hay más datos tradicionales sobre este José.
Ver la escena completa de la elección en Hechos 1,15ss. y Acta Sanctorum, julio, vol. V.