San Jorge es uno de los santos cristianos más populares que hayan existido jamás, y ha sido venerado en épocas diversas en toda la tradición cristiana, tanto oriental como occidental; incluso tiene también su lugar en la hagiografía islámica, que le da el honroso título de «Profeta». Es más conocido como el vencedor del dragón y salvador de la doncella, pero aunque esta historia exista en diferentes versiones literarias medievales y representaciones artísticas, carece de cualquier fundamento histórico y no parece haber existido antes del siglo XI. La leyenda pudo haberse originado en una mala interpretación por parte de los Cruzados de una imagen del emperador Constantino en Constantinopla, donde se lo representaba destruyendo al diablo en la forma de un dragón o serpiente. Y a su vez debe su popularidad por haberse extendido, al menos en parte, gracias a la «Leyenda Áurea», escrita hacia el 1260, trabajo que fue traducido y publicado en todas las lenguas durante siglos.
Hay de hecho razones para creer que Jorge fue un mártir genuino, que sufrió en Lydda (actual Lod, en Israel), antes del tiempo de Constantino y quizás durante la persecución del emperador Diocleciano, que comenzó en el año 303. la cronología copta pone su muerte en el año 307. Poco más puede decirse con certeza, a pesar de las muy detalladas «Actas», «llenas de extravagancias y de maravillas completamente increíbles» (Thurston), que describen cómo Jorge, un oficial del ejército romano, dio sus bienes a los pobres en el momento en que estallaba la persecución, y abiertamente admitió su cristianismo ante el tribunal. Cuando rechazó sacrificar a los dioses, sufrió horribles torturas, descritas con detalles muy gráficos, que suponen haber durado siete años; en una de las escenas, por ejemplo, un mago entra para envenenarle con una poción que había preparado, y el propio mago muere mártir, entonces Nuestro Señor aparece y restaura la salud a Jorge. ¡En esos siete años fue resucitado tres veces, y levantadas del polvo diecisiete personas que habían estado muertas durante varios siglos! incluso un incendio destruyó a los sacerdotes paganos y su templo, y el gobernador local también fue muerto por un fuego del cielo después de que él hizo degollar a Jorge. Éstas «Actas», datables posiblemente hacia el final del siglo quinto, existen en una gran variedad de versiones en distintas lenguas, atestiguando la popularidad del mártir, pero son tan extravagantes, que fueron tratadas con escepticismo hasta por aquellos aficionados a relatos exagerados sobre los santos; algunas secuencias fueron incluso condenadas como poco ortodoxas.
Existió culto al menos a partir de mediados del quinto siglo, cuando su nombre fue incluido en una lista del Martirologio Jeronimiano, mientras que en la Iglesia Oriental se lo declaró «Megalomártir» («Gran mártir») e invocó como patrono de los ejércitos bizantinos. Había un monasterio dedicado a él en Jerusalén en el siglo quinto, y los peregrinos a Tierra Santa entre los siglos sexto y octavo hablan de Lydda como el principal lugar asociado con su culto, y el último destino de sus reliquias. La Iglesia Copta, sin embargo, afirma que éstas fueron trasladadas a Egipto y finalmente colocadas en la iglesia dedicada a él en el viejo Cairo. A menudo se dice que él era de Capadocia y que sus «Actas» fueron compiladas allí, pero no hay ninguna prueba de esto: «el compilador de las actas confundió al mártir con su tocayo, el famoso Jorge de Capadocia, un intruso en la sede de Alejandría, opositor de san Atanasio» (Delehaye). Según algunas versiones, la madre de Jorge era una capadocia llamada Policronia.
Es considerado patrono principal de muchos pueblos, aunque no es fácil trazar el camino de cómo ha llegado a serlo. Se da por hecho que fueron los Cruzados quienes desarrollaron la lealtad a este mártir militar. El cronista Guillermo de Malmesbury relata que san Jorge y san Demetrio, «mártires caballeros», fueron vistos asistiendo a los Cruzados en el sitio de Antioquía, en 1098, y puede haber sido el Rey Ricardo I (1189-99) y sus caballeros quienes difundieron las historias del poder de Jorge como patrono. En Inglaterra, en 1222, un sínodo nacional celebrado en Oxford incluyó su fiesta entre los festivos menores; pero hacia el 1415, después de la batalla de Agincourt, fue incluido como uno de los festivos principales del año. El Papa Benedicto XIV (1740-58) lo reconoció como el Protector de Inglaterra. Es también invocado como patrono de Venecia, Génova, Portugal, y Cataluña, y su culto es fuerte en Rusia, Etiopía, y muchos otros sitios. Es también uno de los Catorce Santos Auxiliadores (Vierzehn heilige Nothelfer), que a partir del siglo XIV se difundieron popularmente como poderosos intercesores en las más variadas situaciones. Es patrono también de diversos oficios, generalmente vinculados a las armas, y por un juego de palabras con la forma griega de su nombre, también de los agricultores (que en griego se escribe «georgós»), y por extensión, de los campesinos en general. De los artistas posiblemente lo sea por la cantidad de iconos que se le han dedicado, y su intercesión también fue buscada por personas que sufrían de plagas, lepra o sífilis, enfermedades muy habituales en la soldadesca. La reforma del Martirologio de 1969 quitó su celebración del calendario universal, así como la de muchos otros santos considerados en ese momento meramente legendarios, aunque se permitió que su culto prosiguiera en las iglesias nacionales; sin embargo en la última reforma del Martirologio, promulgada en 2001, su nombre fue vuelto a incluir, luego de haber evaluado con más profundidad qué aspectos eran sólo leyenda y cuál era el fondo de realidad cultual tras las tradiciones populares.
Considerando la popularidad y la materia de las leyendas, no es sorprendente que Jorge figure con mucha frecuencia en diversas representaciones artísticas. La más antigua conocida es un fresco egipcio del siglo VI, ahora, lamentablemente, bajo la represa de Aswan. Hay una estatua de él en el frente de la catedral en Chartres, y uno hermosa escultura por Donatello, en el Bargello de Florencia, que muestra a Jorge como un guerrero joven con una mirada aprensiva en su rostro; la lucha con el dragón está esculpida en la base de la estatua. La famosa pintura de Ucello en la Galería Nacional de Londres, incluye un enorme dragón con alas grandes y una doncella muy delgada, mientras que Jorge es representado como un hombre muy joven. La juventud, en efecto, es una de las características más comunes en las pinturas del santo -puede verse, por ejemplo, la de Mantegna en la Academia en Venecia-. Otra pintura -del mismo Mantegna-, ahora en el Louvre, es la Virgen de la Victoria con los santos Jorge y Miguel Arcángel. Es también parangonado con san Miguel en una pintura de Rafael, también en el Louvre. Otra pintura de él por Rafael en la Galería Nacional del Arte de Washington, le muestra matando al dragón, y este es también el tema de la pintura de Rubens en el Prado de Madrid. El tema de la leyenda de san Jorge y el dragón es de lo más frecuente en las representaciones artísticas. Finalmente, hay un gran número de imágenes bizantinas del santo, y su vida y leyendas eran un tema frecuente para pintores rusos de iconos.
Traducción para ETF del artículo en del «Butler's lives of the saints», tomo IV (abril) edición Burns, 1999, pág. 162 y ss. He respetado el texto, aunque quitando algunas precisiones que se referían a las tradiciones inglesas, y aclarado algunos otros paréntesis que el texto daba por supuesto. De la bibliografía citada por el original señalaré dos títulos que aun pueden se de gran utilidad para una mirada crítica a las leyendas y actas: el clásico de H. Delehaye, «Les Légendes grecques des santos militaires» (1909), pps 45-76, y H. Thurston en la Enciclopedia Católica, 6 (1909), pps 453-5, extenso y erudito artículo del que hay edición en internet (e incluso una traducción de base electrónica, pero bastante decente).
Como señala el texto, la variedad de representaciones artísticas es enorme. Puede verse una amplia selección, mayormente de íconos y estampas devocionales, en la galería asociada a la ficha del santo en Santi e Beati, también en la exquisita galería de vitrales de Lawrence O.P se encuentra una variada selección. Como ilustración de este artículo me he limitado a unos pocos ejemplos:
-El de Donatello que menciona el Butler, obra de 1416 en mármol, en el Museo Nazionale del Bargello, Florencia.
-El panel izquierdo del «Paumgartner Altar» de Albrecht Dürer, 1503, en la Alte Pinakothek de Munich.
-Y un más que curioso «Jardín del Edén» anónimo alemán de hacia 1410, que merece cierta explicación: presenta un huerto cerrado (símbolo de virginidad) con la Madre y el Niño, tres santas y tres santos. Los tres santos, a la derecha, están descansando luego de, lo que parece, un opíparo banquete; se trata de san Sebastián, que está abrazado al árbol (recuérdese que muere atravesado de flechas atado a un árbol), san Miguel Arcángel (reconocible por el demonio a sus pies) y san Jorge (reconocible, igualmente, por el dragón), todos en plena juventud.