Contando también los tiempos paganos, la isla griega de Lesbos fue la cuna de varios hombres y una mujer célebres: Pítaco, uno de los siete sabios de Grecia, nació en Mitilene, la capital; el poeta Alceo, la poetisa Safo y el historiador Teófanes nacieron también en ella. Además, tres santos llamados Jorge gobernaron la sede episcopal en el siglo VIII de nuestra era.
Jorge el Joven era un hombre rico que había repartido sus posesiones entre los enfermos y los pobres para entrar al convento. De ahí, fue llamado a dirigir la Iglesia de Lesbos como obispo de Mitilene. Se distinguió por la generosidad de sus limosnas, por su singular humildad y por sus rigurosos y prolongados ayunos. Las gentes le consideraban como un ángel, pues vivía sin comer ni beber. Desde el principio de la persecución iconoclasta de León el Armenio, defendió valientemente la tradición católica, animando a sus fieles a venerar las sagradas imágenes. Ello le valió ser desterrado al Quersoneso, donde murió hacia el año 816. Su cuerpo fue más tarde transladado a Mitilene, donde, según una narración griega, obró tantos milagros, que las gentes empezaron a llamarle «el doctor de las enfermedades incurables y el gran exorcista de los espíritus inmundos».
La información que poseemos sobre san Jorge, basada principalmente en el Menaion griego, no es muy satisfactoria. Ver Acta Sanctorum, abril, vol. I, pág. 668-9, y Nilles, Kalendarium Manuale, vol. I, p. 134.