El conocimiento de la sucesión episcopal en la sede de Toulouse para los siglos antiguos es bien problemática; no está claro cómo debe establecerse el listado, ni, por lo tanto, que puesto ocupa Germerio, en el caso de que se admita la historicidad de su episcopado.
Porque a esto se añade que la «Vita Germerii» (Vida de san Germerio) es un documento muy tardío (siglo XII) que satisface muy poco en cuanto a permitirnos establecer una cronología auténtica de su vida, y las circunstancias reales en que se desenvolvió.
Según señala Duchesne, todo lo que podemos decir sobre Germerio es que era un "hombre de Dios", de la región de Toulouse, quizás un ermitaño, quizás un ministro, no es posible establecerlo con certeza. Se conservó una carta que le dirigió Clodoveo IV, el joven rey de Austrasia entre el 691 y el 695. Quizás mencionaba allí el nombre de algunos obispos, entre ellos el de Tornoaldo de París. Este es el punto de partida desde el que los monjes de la abadía de Lezat, a la vista del culto al santo que se había mantenido vivo, escriben una "Vita" en la que el poco importante Clodoveo IV se transforma en el famoso Clodoveo I (casi dos siglos antes), y el santo en obispo de Toulouse, consagrado por el de París, y con territorios donados por el propio rey. En la "Vita" se reproduce, incluso, el diálogo que tienen Clodoveo y Germerio en la cena con la que el rey lo convida, antes de hacerle sus donativos.
El problema es que esa historia no tiene ninguna base, ni se ha conservado una lista de los obispos de Toulouse (episcopologio) que incluya a Germerio. Si realmente fue obispo, no puede ubicarse más que a fines del siglo VII, donde el episcopologio tolosano presenta una laguna; e incluso así, es sólo una prueba negativa, no positiva, de su ministerio.
En suma, fuera del nombre y la posible época (siglo VII), sólo se puede afirmar sobre él que hubo una tradición de culto que llevó su memoria al menos hasta el siglo XII, donde, ya de la mano de estas leyendas, se afianzó.
Ver Acta Sanctorum, mayo III, pág. 591ss. Gerin, en Petit Bollandistes, V, pág 572-74 se hace eco de la Vita, compaginando como puede los datos cronológicos. Ver Duchesne, Fastes Episcopaux, I, pág 307.