La leyenda dice que san Florencio era un irlandés que se estableció en Alsacia (donde se le venera como mártir), en una ermita situada en un valle de las colinas del Ringelberg. Solía salir de allí a evangelizar a las gentes de los alrededores. Como hubiese sanado a la hija del rey Dagoberto, que era sordomuda, el monarca le ayudó a fundar un monasterio en Haslach. El santo fue nombrado obispo de Estasburgo hacia el año 678, y muchos monjes irlandeses fueron entonces a establecerse en su diócesis. Para ellos construyó un monasterio dedicado a Santo Tomás Apóstol, en las afueras de la ciudad. Dicho monasterio, que estuvo gobernado mucho tiempo por irlandeses, se convirtió más tarde en capítulo colegial de canónigos.
Sin embargo, es imposible determinar con exactitud la fecha de muerte del santo, que es probable que haya ocurrido a fines del siglo VII o inicios del VIII, pero si se acepta que su sucesor fue Ansoaldo (que asistió al Concilio de París del 614), debe adelantarse la muerte a fin del VI o inicios del VII. Como se ve, el arco es muy amplio. Los monasterios de Santo Tomás y de Niederhaslach afirmaban, cada uno, poseer sus reliquias.
La biografía de san Florencio, que data del siglo XII, puede verse en Acta Sanctorum, nov. vol. III; allí se discuten en detalle las dificultades que plantea dicha obra, que carece de valor histórico. Véase también Duchesne, Fastes Episcopaux, vol. III, p. 171 y a M. Barth, Der. hl. Florentius von Strassburg (1952).
Los principales datos y la bibliografía han sido tomados de la noticia del Butler_Guinea, tomo IV, pág. 285, pero complementada con el artículo de Jacques Choux en Enciclopedia dei Santi.