En el caso de Eustracio, se nos cuenta que era originario de una aldea de Bitinia, y que fue educado piadosamente por sus padres. A la edad de veinte años, inflamado del deseo de una vida de perfección, escapó de su casa e ingresó como monje en el claustro de Abgaro en Mysia (Monte Olimpo), fundado por Gregorio y Basilio, de los que su familia descendía. Llevó allí una vida de piedad ejercitando todas las virtudes propias de un monje, en especial la estricta autonegación. Se ha conservado como curiosidad que sólo dormía sobre el lado izquierdo.
Durante la persecución iconoclasta los monjes fueron expulsados de sus lugares, y Eustracio también tuvo que retirarse, pero pasada la crisis volvió al monasterio, de donde llegó a ser abad. Murió allí, luego de una vida santa adornada con milagros de toda índole, a los 95 años de edad. Su vida se desarrolló en el siglo IX, sin que sea posible establecer fechas más precisas.
Ver Acta Sanctorum, enero, I, pág 598, que traduce al latín la hagiografía de los meneis.