Aunque es uno de los santos que tienen el honor de ser nombrados en el canon I de la misa romana, lo único que sabemos sobre él es que, según parece, fue martirizado en Aquilea y venerado en el norte de Italia. De allí se extendió a Roma su culto. El año 499, se menciona la iglesia de Crisógono en el Transtévere; una inscripción del año 521 la llama «titulus Sancti Chriysogoni». Según la «pasión» de santa Anastasia (25 de diciembre), San Crisógono era un oficial romano que llegó a ser el padre espiritual de dicha santa. Cuando fue encarcelado durante la persecución de Diocleciano, siguió dirigiéndola por carta, hasta que el emperador le mandó llamar a Aquilea y le condenó a morir decapitado. El cuerpo del mártir fue arrojado al mar. El socerdote san Zoilo, que vivía cerca de la casa de las santas Agape, Quionia e Irene, recuperó el cuerpo de san Crisógono y le dio sepultura. La historia de san Crisógono forma la primera parte de la «Passio S. Anastasiae», pero, según parece, se trata de una novela hagiográfica. Posiblemente el dueño de la casa romana que se transformó en iglesia en el siglo IV («titulus Chrysogoni») se llamara Crisógono; con el tiempo, llegó a creerse que la iglesia estaba dedicada a San Crisógono, y se inventó una leyenda que le identificó con el mártir real de Aquilea. El elogio del Martirologio actual se hace eco de esta duda histórica: por un lado celebra al mártir, pero por el otro reconoce que la fecha no tiene necesariamente que ver con él y su martirio, sino con la dedicación del templo romano.
E. P. Delehaye reeditó el texto latino de la Passio S. Anastasiae en Etude sur le légendier romain (1936), pp. 221-249. Todos los sacramentarios y calendarios dan como fecha el 24 de noviembre, pero parece que la fiesta del mártir de Aquilea no se celebraba en ese día. Véase Comentario sobre el Martirologium Hieronymianum, pp, 618-619; y J. P. Kirsch, Die römischen Titelkirchen im Altertum, pp. 108-113; M. Mesnard, La basilique de Saint-Chrysogone á Rome (1935). La espléndida pintura de san Crisógono a caballo que reproducimos se encuentra en la iglesia de San Trovaso en Venecia; obra realizada antes de 1450 por Michele Giambono.