Nacido en Irlanda a inicios del siglo VII, después de haber sido monje y luego abad del monasterio de Lismore, fundado por el obispo Cartaginés, Cataldo fue elegido obispo de Rachau, en la actual Austria. Durante una peregrinación a Tierra Santa, murió en Taranto (sur de Italia), en cuya catedral fue sepultado y olvidado.
En el 1094, durante la reconstrucción del sacro edificio, que había sido destruido por los sarracenos, se encontró su cuerpo, como indicaba claramente una cruz de oro que tenía grabado su nombre y el de su sede episcopal. Este hallazgo, que se conserva junto con el cuerpo, permitió establecer el siglo en el que vivió el santo, pero, erróneamente, los tarantinos lo consideraron su obispo, incluso su primer obispo, ordenado por el propio san Pedro. Por ello su culto se extendió no sólo en Irlanda, su tierra natal, sino también en Italia, no sólo en Taranto sino en otras ciudades. En Módena, por ejemplo, da título a una iglesia.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Giuseppe Carata en Enciclopedia dei Santi. El Martirologio Romano lo considera oriundo de Escocia, pero debe tenerse presente que en el medioevo se usaba el gentilicio «Scoto» (escocés) para referirse a todos los que venían de tan remotoos lugares: Escocia, Irlanda, o incluso alguna vez Inglaterra.