Bernoldo o Bernulfo era presbítero en la corte de Conrado II, conocido por su discresión. Cuenta Joannes de Beka, canonigo de la catedral de Utrecht en el siglo XIV, que, a la muerte de su antecesor en el episcopado, Adelboldo, hubo tumulto por la elección del nuevo obispo, y el propio Conrado había ido a calmar a las partes e imponer orden. Pero mientras tanto su esposa, la reina Gisela, estaba a punto de dar a luz, por lo que quedó en el castillo de Oosterbeek, al cuidado del presbítero Bernulfo; cuando llegó el momento en que la reina dio a luz, Bernulfo fue a dar la noticia al rey; éste no sólo recibió la noticia con alegría, sino que vio en el mensajero el candidato ideal para superar las divisiones entre los partidos que aspiraban al episcopado, y le designó allí mismo obispo de Utrecht. Ocurría esto hacia 1027 -no era, por tanto, el nacimiento de Enrique III, que ocurrió en 1017, o el cronista confundió fechas-. Lo cierto es que en esa fecha, que coincide con el paso de Conrado II de rey a emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, ya hay testimonios de Bernulfo como obispo de Utrecht.
Bernulfo consolidó la diócesis de Utrecht y, al amparo de la protección regia, amplió los territorios. Creó cuatro iglesias: de San Juan Bautista, de San Pedro, de San Pablo y de San Lebuino, y murió de muerte natural en 1054. Sus reliquias fueron encontradas en 1656, en una nave de la iglesia de San Pedro, donde se encuentra el epitafio en latín que resume el «cursus vitae» del obispo, desde su ascención al episcopado, como quedó dicha, la fundación de iglesias y su muerte. No es posible constatar la autenticidad de esas reliquias.
Versiones de la leyenda, epitafio y discusión sobre la autenticidad de las reliquias en Acta Sanctorum, julio, IV, día 19, de donde hemos extraído los datos para esta noticia. Imagen: grupo escultórico, Bernulfo escoge los planos para la fundación de las iglesias, 1880, iglesia de San Bernulfo, Oosterbeek, Países Bajos.