La vida del beato Utto se entrecruza con la del beato Gamelberto, párroco de Baviera; los dos beatos recibieron la confirmación del culto juntos, el 25 de agosto de 1909, por el papa san Pío X.
Utto, cuyo nombre parece ser una variante de Otto, Otton, Odón, nació en Milán hacia el 750, y fue bautizado por Gamelberto, párroco de Michaelsbuch en Baviera, que estaba de paso por Milán en peregrinación a las tumbas de los Apóstoles, en Roma. La anónima «Vita Gamelberti» es la más antigua fuente donde se encuentran estas noticias. En su viaje de regreso Gamelberto, habiendo previsto la santidad del pequeño Utto, solicitó a los padres que se lo confiaran, para dar al joven instrucción y formación religiosa. Así que después de un cierto tiempo, cuando ya era un adolescente, Utto se reunió con su padrino Gamelberto, por el cual fue educado para el sacerdocio, sucediendo al beato a su muerte, en el año 802, como párroco de Michaelsbuch, donde permaneció por muchos años desarrollando con fervor su ministerio.
Sientiéndose sin embargo dolido por las malas costumbres del lugar, que no lograba modificar, y para huir del tumulto de la guerra que asolaba Baviera, buscó la soledad, y se retiró a una selva sobre la margen izquierda del Danubio, estableciéndose cerca de una fuente seca que, según la tradición, comenzó milagrosamente a manar, gracias a ssus oraciones; esta fuente recibirá, en su homenaje, el nombre de Uttobrunn (fuente de Utto). En ese lugar construyó una pequeña celda, en la que vivió en oración y rigurosa penitencia, sin dejar de acudir a veces a predicar la palabra de Dios entre los habitantes del lugar.
La fama de su santidad se difundió muy pronto por toda la región, y Utto fue considerado por todos como un hombre de Dios. Incluso Carlomagno un día, mientras cazaba en el bosque, se encontró con Utto y fue sorprendido por un milagro realizado por el santo ermitaño, que colgó el hacha en los rayos del sol (el mismo milagro se cuenta de otros ermitaños), el emperador le preguntó si tenía algún deseo, y el beato pidió que se construyera allí mismo un monasterio en honor de San Miguel, bajo la regla benedictina; y así surgió en Metten, cerca de Deggendorf, en la Baviera inferior, en el 792, el monasterio dicho, del cual el propio Carlomagno nombró a Utto como primer abad. De esta comunidad Utto supo ser modelo de padre y cultor de la perfección religiosa, y allí murió el 3 de octubre del 829, y fue sepultado en el coro de la iglesia conventual, llegando a ser su tumba meta de peregrinación. Su memoria se celebra en la Orden benedictina y en la diócesis de Ratisbona.
Traducido para ETF, con escasos cambios, de un artículo de Antonio Borrelli. El relato repite sustancialmente la historia contada en el decreto de confirmación de culto de los dos beatos, que puede leerse en AAS 1 (1909), pág. 752-755. Una lectura atenta muestra que la cronología no termina de convencer: si fue párroco en el 802 (fecha segura) y la abadía fue fundada antes del 798 (fecha también segura), no parece posible la secuencia que señala el texto, ni la motivación para la vida solitaria. Posiblemente se trate de una mezcla de tradiciones en torno al mismo personaje.